Inter ya no pierde ni cuando lo merece

Inter Milan 4 - 3 Siena

ROMA - El partido que se vio en San Siro, que Inter logró ganarle a Siena por 4 a 3, fue simplemente increíble. Primero, Massimo Maccarone puso en ventaja a la visita, pero luego Diego Milito y Wesley Sneijder dieron vuelta el marcador; otra vez más, los albinegros se pusieron en ventaja con un gol de Albin Ekdal y otro de Maccarone, pero al final los locales pudieron quedarse con el entero botín con otro tanto del holandés y uno de Walter Samuel.

Así, con tres puntos en un partido que hubiera debido perder, Inter ahora suma 45 y es cada vez más líder del Calcio, mientras que Siena se quedó último con 12 unidades. El partido fue rarísimo y condicionado mucho por el mal planteo que hizo Mourinho al principio: en efecto, los nerazzurri se presentaron, como habíamos anticipado, con Thiago Motta y Stankovic únicos dos medianos, situación que le permitió a Siena dominar sobre las franjas y mantener una presión constante en la mitad de la cancha rival.

Las cosas se les pusieron bárbaro a los muchachos de Malesani gracias a una invención de Maccarone, quien recibió sobre la trescuartos, encaró y sacudió un sablazo de derecha que se metió al ángulo izquierdo del portero, abajo del travesaño.

Sin embargo, la actitud demasiado ofensiva de la visita, no obstante la ventaja, le permitió a Inter tirar alguna buena contra, como cuando Milito recibió sobre la izquierda un pelotazo de Sneijder, lo encaró al único marcador, Cribari, se metió en el área y la clavó al segundo palo con un remate rasante de derecha.

Diez minutos más tarde, los locales dieron la impresión de cerrar el match, cuando el enganche holandés dibujó un tiro libre perfecto que se metió en el ángulito a la derecha del portero. Sin embargo, pocos segundos más tarde Siena armó una buena jugada por izquierda, Reginaldo metió un gran centro para el otro lado, Ekdal controló con el muslo y definió con decisión mano a mano con Julio César.

En el complemento, las cosas se complicaron para todos, porque tanto Curci cuanto Stankovic tuvieron problemas físicos y no pudieron regresar al terreno de juego. El problema más grande lo tuvo Mourinho, quien tuvo que ponerlo a Arnautovic por el serbio y perdió aún más equilibrio. En el entretiempo hubo otro cambio, pensado y no obligado, en el cual salió Quaresma y entró Samuel, quien jugó marcador de punta izquierdo con Zanetti que se corrió en el medio de la cancha.

Más allá de todas las situaciones particulares, lo que se vio en esa etapa fue un total dominio de la visita, que anotó otro gol con Maccarone, quien definió fuerte y bajo sobre el palo a la izquierda del arquero, luego de una gran jugada por derecha de sus compañeros. Los goles de Siena hubieran podido ser aún más, pero los jugadores de Malesani erraron mucho en el momento de mandarla a guardar.

Cuando parecía que Inter no tenía más esperanzas, porque efectivamente en esos 45 minutos prácticamente no le había pegado nunca al arco, Sneijder tuvo otra chance en jugada de tiro libre (concedido por una falta inexistente) y otra vez más terminó por clavarla a lado del palo: esta vez remató sobre el lado defendido por el arquero y pudo anotar gracias a un efecto raro que tomó el esférico, disparado realmente muy fuerte, que pegó en el poste y se metió adentro.

El marcador, al final, tomó cifras absolutamente injustas por lo que se vio en la cancha, cuando Samuel (¡quien estaba jugando en posición de "nueve"!) recibió sobre el límite del área, controló bárbaro mientras se daba vuelta y la clavó de zurda con un remate cruzado realmente inatajable.
No se puede decir que Inter mereció ganar este partido por la garra de los últimos minutos, como tampoco se puede declarar que Siena cometió algún clamoroso error con el que le regaló algo a sus rivales. Simplemente se dieron una serie de increíbles eventos, más o menos anómalos, que le permitieron a Inter hasta triunfar en un match que hubiera absolutamente debido perder.

Cuando se dan estas cosas, parece casi que el destino haya ya decidido quien será el campeón de Italia este año. Tal vez cuente también ese encantamiento inexplicable que le sigue permitiendo a Mourinho de ser imbatible cuando juega de local...