miércoles, 6 de enero de 2010

El fútbol no es un juego...

El fútbol no es un juego...

Es una profesión que demanda muchos sacrificios para llegar al éxito. Carlos Zambrano cuenta que se fue a los 16 años a Alemania y sufrió mucho porque extrañaba a su familia, no sabía nada del idioma y a veces lloraba y quería regresarse. Sus sueños pudieron más y va camino a consagrarse en Europa. Confiesa que le ha agarrado gran cariño a la 'Foquita' y Rafinha le dice 'leoncito sin dientes'.

Del chibolo que vivía en Gambetta, en el Callao, queda mucho y a la vez poco. Su fútbol ha crecido acorde a su talento. A pesar de ello, siempre lleva la chispa en el corazón. Carlos Zambrano ya no es más el 'Baby' de aquella Sub 17 que jugó el Mundial de nuestro país. Ahora el cachorro se está convirtiendo en un león. Hace un año nadie hablaba de él, hoy es titular en el Schalke y los medios alemanes hasta le hacen entrevistas y reportajes. Se muestra feliz por el momento que atraviesa en su profesión y así nos lo cuenta en exclusiva.

Ya llevas tres años y medio en el Schalke. Cuando eras juvenil te decían 'Lucio', ¿cómo te llaman ahora?
Normal, Zambrano nomás.

¿Seguro?
Ustedes son los que me paran poniendo cosas. Bueno, Kuranyi me grita: ¡Ahí está el 'León'! Vicente (Sánchez) también fastidia y me llama 'Leoncito'. Rafinha me dice 'León sin dientes', porque dice que no 'muerdo' a nadie (risas).

¿Y Jefferson no te molesta?
Él empezó a llamarme así. Fue después de mi primer partido con la selección ante Argentina. Llegó a los entrenamientos en Schalke y comenzó a gritarme: ¡León! Cuando estuvo mi hermano Marcos por allá, mis compañeros le pusieron el 'Tigre'.

¿Cómo te llevas con la 'Foquita'?
Es una buenísima persona, le he agarrado un gran cariño. Siempre conversamos, me apoyó mucho el año pasado cuando no jugaba y quería irme del club. Me pedía que no me desespere, que tenía condiciones y ahora me lo recalca: 'Ya ves, por escucharme estás acá, ja, ja,ja'.

Hace poco dijo que son como hermanos.
Sí. Paramos en su casa, a veces voy a jugar billar. Me aconseja, me dice cosas ciertas. Ahora quien me habla mucho también es Bordón, mi compañero en la zaga, me indica lo que debo hacer, lo admiro un montón.

¿Concentras junto con Farfán?
Al principio, cuando recién llegó sí, porque hablamos el mismo idioma. Ahora no tanto, te cambian a cada rato, solo los arqueros comparten habitación siempre.

Los alemanes se caracterizan por ser fríos en el trato, ¿ustedes ponen la alegría en el vestuario?
Cuando vamos a jugar, el bus nos deja directo en la puerta del camarín. Cinco minutos antes de llegar al estadio ponen su música alemana, es más mala, qué abuso. Ponen un bullón encima y los sudamericanos pedimos que apaguen la radio. Los asientos son enumerados y con Jefferson nos sentamos al último, escuchamos salsa cada uno con su iPod. En el camino voy pidiendo a Dios que me ayude.

¿Qué diferencias hay con el camarín de la selección?
Casi lo mismo. Lo único que acá sí escuchan salsa. El día del partido duermo todo lo que puedo y me levanto solo para el almuerzo. Allá, a las 9 de la mañana nos levantan y hacen que bajemos a tomar desayuno. Luego, hacemos caminatas, pero si jugamos en la noche entrenamos normal. Están locos, pero al final da resultado todo eso que hacemos.

Vi que sudan la 'gota gorda' en los entrenamientos, ¿es bien espeso Magath?
No es espeso, es estricto.

¿Tan diferente es a los antiguos técnicos que tuviste?
Asuuu, me 'mató'. Es increíble, nunca había pasado por algo así. Al jugador que le toque verá lo que es trabajar en la parte física. Alucina que en la pretemporada comenzamos como 28 ó 30 jugadores y solo acabábamos la mitad.

¿Cuál ha sido hasta ahora el que consideras tu gran partido?
Me sentí tranquilo contra Bremen, también hice un gran juego ante el Borussia en el clásico.

Le ganaste el duelo a Pizarro aquella vez.
Yo quería marcarlo, pues es un jugador muy importante en Europa y allá en Alemania es rankeado, es ídolo en Bremen y todos los partidos convierte. Mi función era defender nomás.

Pero algo debieron decirse.
Cuando calentábamos nos saludamos: 'Hola, qué tal, buena suerte'. Al final ya no me dijo nada, se fue al camarín. Nosotros nos quedamos entrenando y de allí me pasó su camiseta, todo en buena onda.

¿Sentiste miedo en algún encuentro?
Creo que fue mi cuarto partido oficial, ante Borussia, ahí sentí algo de temor. El estadio estaba llenecito, las tribunas de ese estadio son paradas, tipo 'La Bombonera' y Rafinha empezó a molestarme: 'Cuando veas las tribunas llenas te vas a asustar'. Le respondí: ¿Qué me voy a asustar yo, oye.'. Salimos a calentar, volteé a ver a la gente y sentí nervios, las piernas me temblaban. Después con el calor del partido fue pasando y al final dijeron que si había resistido eso, podía resistir cualquier presión de una cancha.

¿Te felicitó Magath?
Él no habla, si lo hace es para reclamarte algo que estás haciendo mal. Es muy gritón, pero es su tipo de voz. Cuando haces algo bien no dice nada, solo dice alguna que otra palabra con los referentes.

Siempre te gustó la camiseta '13', ahora estás con la '25'.
Es que ya está ocupada. El '13' me trae suerte, me he hecho esa idea desde pequeño cuando estuve en Cantolao, en la Sub 17 o Sub 20 usé ese número. En la selección mayor no lo hice porque la tenía el 'Cholo' (Prado).

Partiste del Perú a los 16 años, sin debutar en Primera, ¿qué fue lo más dicífil que viviste?
Varias cosas. Estar solo, sin tu familia, el idioma tan complicado, la comida que es, pucha. Tantas cosas, el clima. A veces quería llorar, regresarme, pero luego me tranquilizaba y decía que esto era lo que yo quería, lo que me gustaba de pequeño y debía luchar. Gracias a Dios las cosas ahora me están saliendo mejor que el año pasado.

Sí pues, hasta te vocean en el Real Madrid.
Son cosas que se comentaron, pero no me la creo, Mi presente es el Schalke y voy a seguir allí. Recién estoy empezando. A lo mejor en dos años pueda ser. Siempre me gustó el color blanco, ja, ja, ja. Pero mi club también tiene uniforme de ese color que es el alternativo.

Hace poco estuviste en Perú y noté que has madurado, hasta te vi menos vago.
Ja, ja, ja. Es que nos dieron poco tiempo de vacaciones y lo más importante era pasarla con mi familia, disfrutar de mis padres y mi hijo. Yo siempre soy el mismo chico humilde, de barrio, que le gusta estar con sus amigos, eso no ha cambiado en nada.

Es que ahora ya juegas y hasta tienes tu primera marca de 'guerra' en el rostro.
Choqué con un rival y no sentí nada. Pararon el partido por la sangre. En el entretiempo me echaron en la camilla y me cosieron si anestesia, qué rico dolió. Cuando me bañé, ahí sí ardía un montón.

Has sido elegido una de las cinco revelaciones de la Bundesliga.
Es fruto de mi trabajo. Como te dije, recién estoy empezando, no he ganado nada.

Y pensar que un día quisiste ser delantero.
Ja, ja, ja. Ya ves, ya empiezas a fastidiar. Es que de chibolo uno siempre quiere hacer goles y ser la figura del equipo. Cuando creces ya lo ves de otra manera. El profesor 'Cachetada' (Solís) me bajó la llanta, me puso de zaguero y yo no quería, pero ahora veo que fue lo mejor para mí.

La gente ya te reconoce, espera que seas el nuevo caudillo de la selección y que sigas creciendo cada día más. Mucha suerte.
Eso trataré de hacer, pero no olviden que soy humano, ehhh. Gracias a ustedes, a la gente que está pendiente de lo que sale de mí. Nada de esto estaría pasando sin la ayuda de Dios y mi familia. Un abrazo y feliz año.

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